Para muchas personas con sobrepeso, perder kilos de forma convencional, es decir, con ejercicio o cambios en la dieta, es demasiado lento y complicado.
En algunos casos, problemas en las rodillas o tobillos hacen imposible el ejercicio físico; en otros, es un problema psicológico de nervios o ansiedad lo que impide la pérdida de peso. Y, a veces, simplemente falta fuerza de voluntad para ponerse con ello.
Afortunadamente, los últimos avances médicos han desarrollado métodos que permiten al paciente perder peso con mucho menos esfuerzo. Uno de estos métodos es el balón gástrico.
El balón gástrico es un globo de silicona que se introduce en el estómago por vía oral. La cirugía se lleva a cabo sin anestesia y con la ayuda de un endoscopio, con el que el médico se cerciora de que no existen úlceras u otras enfermedades que contraindiquen este método y, posteriormente, de que el globo es colocado en la posición adecuada.
El proceso de introducción es muy rápido, no más de 20 minutos. El paciente podrá marcharse a casa pasados aproximadamente 30 minutos. Para más seguridad, el globo, una vez introducido, se rellena de un líquido colorante azul, de manera que el paciente pueda saber si el globo se rompe en su interior y acudir a su médico.
El balón gástrico no provoca la pérdida de peso por sí solo, sino que juega con las sensaciones del usuario. Al hincharse dentro del estómago, el globo de silicona ocupa un espacio importante del mismo, disminuyendo la cantidad de comida que pedirá el cuerpo.
El paciente conseguirá saciarse con una menor ingesta de alimentos y, así, junto con pequeños cambios en sus hábitos alimenticios y de estilo de vida, en general, será mucho más fácil perder peso.
Debido a lo exitoso del método, los investigadores han desarrollado diferentes formatos de globos gástricos que se adecuen a las necesidades de cada paciente:
El secreto de este método se encuentra en la velocidad con la que el paciente pierde peso. Como decíamos en el punto anterior, un proceso bien llevado consigue una pérdida de 30-40 kilos en menos de un año.
Uno de los grandes problemas que tiene la gente que busca perder peso es la ausencia de resultados. Por eso, el balón gástrico acorta este procedimiento y facilita el cambio en su vida.
La pérdida media de peso está en los 20 kg por cada seis meses. No obstante, como en cualquier proceso de reducción de peso, todo depende del esfuerzo del paciente.
Este método está reservada a pacientes obesos de entre 18 y 60 años. Normalmente, estos pacientes se encuentran en una fase de obesidad premórbida, con unos de 15-25 kg de sobrepeso. Hay casos de obesidad mórbida donde también se utiliza el balón gástrico por los riesgos que pueda suponer la cirugía para estos pacientes.
Los pacientes llevarán el globo en su interior durante unos cuantos meses. Luego, se pasará a comprobar los resultados y, solo en caso necesario, se colocará un segundo balón cuando se extraiga el primero.
El tiempo concreto de uso del dispositivo depende de la tipología. Los balones ingeribles permanecen en el cuerpo un máximo de tres meses. Por su parte, los intragástricos, de mayor tamaño y durabilidad, de seis a doce meses.
En cuanto a los tiempos de recuperación tras la cirugía, los pacientes suelen presentar náuseas y otras síntomas durante los dos o tres primeros días. Pasado este plazo, lo normal es que la recuperación sea completa.
En primer lugar, están las mejoras a nivel estético. En menos de un año, los pacientes llegan a perder entre 20 y 40 kilos, lo que a nivel psicológico es fantástico. No hay que olvidar las mejoras a nivel arterial, la reducción del riesgo de diabetes o los problemas respiratorios.
Por otro lado, el método del balón gástrico es mucho menos agresivo para el organismo, pues no necesita de largas y arriesgadas cirugías. Además, los pacientes se evitan largas estancias en el hospital y, por qué no mencionarlo, mucho dinero.
El balón gástrico requiere unas características concretas del paciente para que este sea apto. Como hemos dicho, el método debe complementarse con cambios en los hábitos; por tanto, quedan fuera los pacientes con trastornos endocrinos o mentales que les impidan seguir dieta.
Tampoco son aptos los pacientes con enfermedades o cirugías previas en el intestino, tendencia a la gastritis, trastorno por atracón o enfermedad de Crohn, ya que el riesgo que supone una infección gástrica con el globo dentro podría ser fatal. En el mismo caso, están los adictos al alcohol y drogas y las mujeres en periodo de lactancia o que buscan quedar embarazadas.
Como siempre, recomendamos, para evitar cualquier problema, ponerse en las manos de las mejores clínicas y médicos a las que, por otra parte, tendrás acceso formativo en los cursos de ESSAE.