Alimentarse es el proceso mediante el que elegimos la comida que vamos a ingerir, la manera de cocinarla o prepararla, y el propio hecho de ingerirla. Como observamos, se trata de un acto completamente voluntario y que podemos variar según nuestros cambios en gustos, apetencias y necesidades.
Sin embargo, el proceso que conlleva la nutrición es del todo involuntario, ya que se refiere a las fases por las que pasa nuestro organismo para transformar los nutrientes provenientes de los alimentos que consumimos e incorporarlos a nuestras células. La nutrición no solo engloba el aprovechamiento de los nutrientes que nuestro sistema necesita, sino el descarte y eliminación de las sustancias que forman parte los alimentos y que nuestras células no precisan.
Para entender mejor la diferencia a la que nos referimos, es necesario comprender qué son los alimentos y qué son los nutrientes.
Una alimento es toda aquella sustancia nutritiva cuya finalidad es la ingesta de las personas, tanto si su consumo es en crudo como si han sufrido un proceso de transformación mediante su cocinado.
Los nutrientes son las sustancias útiles para nuestro organismo que se encuentran en los alimentos, aquellos componentes que nuestras células van a aprovechar para el correcto funcionamiento del cuerpo humano.
Los nutrientes se dividen a su vez en macronutrientes y micronutrientes. Los macronutrientes abarcan las proteínas, los carbohidratos y los lípidos, y los micronutrientes, las vitaminas y los minerales.
Una correcta alimentación es vital para conseguir una buena salud y desarrollar nuestro máximo potencial.
Unos hábitos alimenticios saludables ayudarán a prevenir enfermedades que tienden a instaurarse en la edad adulta, por ello es recomendable inculcar estos hábitos de en los niños desde una edad temprana. Además, una alimentación variada y saludable, contribuirá al crecimiento y correcto desarrollo del niño.
El concepto de dieta saludable se podría traducir en aquella que es variada, equilibrada y satisface todas las necesidades de nuestro organismo. Por tanto, deberemos consumir aquellos alimentos que contengan todos los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar de manera óptima.
Una dieta equilibrada siempre irá acompañada de múltiples beneficios:
Además de seguir una dieta completa y equilibrada, para mantener una salud óptima es aconsejable realizar un ejercicio físico adaptado a nuestra edad, necesidades y condición física.
Según la OMS, alrededor de 2,7 millones de personas mueren al año a causa de enfermedades derivadas de una mala alimentación.
Una alimentación incorrecta o deficiente puede conllevar la aparición de determinadas patologías, o en el caso de su existencia previa, de un agravamiento de las mismas.
Algunas de las patologías relacionadas con una alimentación deficiente son las siguientes:
El nutricionista es aquel profesional formado mediante cursos de dietética y nutrición, encargado de promover la salud, prevenir la aparición de enfermedades derivadas de una mala alimentación y tratar la mejora de aquellas patologías ya existentes, por medio de sus conocimientos en el campo de la nutrición y la dietética. Su objetivo es el de optimizar la salud tanto de individuos como de grupos o comunidades.
La profesión de dietista-nutricionista conlleva, además, la educación en materia de alimentación de la población. Cada persona es un mundo, y las pautas de alimentación beneficiosas para una persona concreta, pueden no serlo para otra. El nutricionista trabaja de manera personalizada con cada paciente, creando una dieta adecuada a las necesidades del mismo. Obviamente, la dieta de un paciente que necesita perder peso, por ejemplo, no será la misma que la de alguien que padezca osteoporosis.
Aunque probablemente todos conocemos las pautas básicas para mantener una dieta equilibrada, son muchas las personas o colectivos que necesitan de la ayuda de un nutricionista para mejorar su salud.
Son numerosos los casos en los que el trabajo un dietista-nutricionista es imprescindible:
También debemos tener en cuenta que los nutricionistas trabajan en estrecha colaboración con otros profesionales sanitarios como psicólogos, fisioterapeutas, entrenadores personales y médicos, por lo que la evaluación de nuestro estado y necesidades, así como el éxito en la consecución de los resultados serán óptimos.
Otra de las ventajas de contar con la ayuda de un dietista-nutricionista es que nos proporcionará recetas para cocinar aquellos alimentos incluídos en nuestro plan de alimentación, lo que con total seguridad, hará la dieta más divertida y llevadera al descubrir alimentos que ni siquiera conocíamos, o maneras diferentes de preparar aquellos de los que ya éramos consumidores.
Además, el dietista irá variando las pautas alimenticias de un paciente a medida que vayan cambiando las necesidades de este, que pueden ser diferentes al comienzo de una dieta que durante el transcurso de la misma.